A los 21 años, Ben Shelton ya ha demostrado que tiene tenis para rato. Pero, ¿dónde está su techo?
Ben Shelton es una de las grandes promesas del tenis masculino, el jugador joven que más interés genera únicamente por detrás de Carlos Alcaraz. Ben posee un monstruoso saque, no tiene miedo de sacar a pasear tácticas de la vieja escuela, y vive con las emociones a flor de piel. Es imposible no ir con este chaval.
Shelton también es, al menos bajo los estándares de la élite del tenis, un restador bastante pobre.
Cualquier debate que se precie sobre su potencial tendrá que incluir la limitación más obvia. Los cohetes que despegan de su saque zurdo jamás le costarán. De hecho, es la principal razón por la que ya ha llegado a las semifinales del Abierto de Estados Unidos y a cuartos del de Australia. Y tampoco es muy descabellado pensar que en una de estas podría dar con la tecla y acabar ganando un Grand Slam. Lo que sí es más difícil de predecir es si podrá reunir la consistencia y el nivel necesarios para llegar a lo más alto del ranking.
Ben y su resto, comparado históricamente
El año pasado, Shelton ganó 32,6% de sus puntos al resto a nivel del circuito. La media dentro del top 50 es de 37,1%, y los cuatro mejores del circuito (junto con Alex de Minaur) superaron la cifra de 40%. De entre los jugadores del top 50, únicamente Christopher Eubanks se quedó por detrás de Shelton, con un 30,9%.
Ben todavía tiene tiempo para mejorar, y ya llegaremos a esa parte. Pero, antes de nada, vamos a echar un vistazo a la lista de los diez mejores jugadores de final de año con el porcentaje más bajo de puntos ganados al resto (RPW%, por sus siglas en inglés) desde 1991, que es cuando la ATP comenzó a registrar este tipo de estadísticas:
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En 33 años y tras 330 top 10 diferentes, solo un jugador ha conseguido llegar a este umbral con un RPW% inferior que el de Shelton el año pasado. Y no es precisamente un jugador fácil de imitar: si buscas en el diccionario la palabra “excepción”, te saldrá la cara de John Isner como buen ejemplo de ello.
Lo que más me sorprende de todo esto es que nadie ha conseguido llegar a estar entre los 5 mejores con un RPW% por debajo de 35%. Sin embargo, aún hay excepciones, como Pete Sampras en 1996. Si tu objetivo es acabar la temporada el número uno, vas a necesitar un resto sólido. Pete Sampras y Andy Roddick son los dos únicos jugadores en llegar a ser número 1 en el ranking ATP con un RPW% por debajo del 38%. Por lo tanto, si estás en esta situación, no te queda otra que preguntarte a tí mismo: ¿eres acaso Pete Sampras? Si no lo eres, tus probabilidades de llegar a lo más alto habrán bajado una barbaridad. A continuación, se muestra en la siguiente tabla el porcentaje más bajo de puntos ganados al resto de jugadores dentro del top 3 desde 1991:
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(¿Te esperabas que Casper Ruud apareciera en esta lista? Por mí parte, ni me lo veía venir).
El saque de Shelton nos ayuda a entender que el norteamericano podrá llegar bien lejos a pesar de no tener los números al resto de Alcaraz o Novak Djokovic. Pero si lo que quiere es avanzar más allá de la parte alta del top 10, esta segunda tabla muestra a lo que Ben Shelton deberá aspirar. Dejando a un lado las tácticas volubles del bueno de Pete Sampras (más adelante hablaremos de ellas), podemos simplificarlo todo y afirmar que un aspirante a ser número uno deberá intentar que su RPW% llegue, al menos, al 36% o 37%.
¿Cuál es el porcentaje de mejora del resto?
Un jugador puede mejorar sus estadísticas base, pero no es fácil. Otro zurdo, Feliciano Lopez, nos ofrece una muestra. Cuando tenía 20 años, Feli promedió un 31,7% en RPW%, no muy lejos de la marca de Shelton. Así es como su resto se desarrolló:
Feliciano no consiguió llegar al 34% durante más de una década, y ya cuando tenía 34 años llegó al 35%. En siete de sus diez temporadas, entre los 21 y los 30 años, su rendimiento no llegó a mejorar más del 1,5% con respecto a esa primera temporada.
Ahí va otro. Con 20 años, Milos Raonic ganó el 33,5% de puntos jugados al resto. Es comparable con el caso de Shelton, ya que el saque de Milos era de igual manera bastante efectivo. El siguiente gráfico muestra cómo el resto de Raonic evolucionó.
Apenas mejoró la marca de 33,5% hasta 2016, donde llegó a ser número 3 en el ranking ATP, sin ser capaz de mantenerlo. El RPW% promedio a lo largo de la carrera del canadiense se ha quedado en un 33,9%.
Seguro que muchos de vosotros ya estáis listos para objetar: «¡Feliciano ni siquiera era el atleta puro que Ben Shelton sí que es!» De Raonic ni hablemos, ya que salía de una lesión para meterse en otra. Y estoy de acuerdo: si un jugador posee las capacidades naturales que le permiten que sea más probable que pueda mejorar su resto mediocre tras llegar al circuito, Ben Shelton tiene que ser uno de ellos. Es difícil argüir en contra de eso.
A pesar de todo, los números son demoledores. Desde 1991, 99 jugadores han disputado al menos 20 partidos o más en el circuito en una temporada teniendo 20 años. 22 de ellos nunca(!) mejoraron a partir de esta temporada: jamás volvieron a obtener un mejor porcentaje de puntos ganados al resto que cosecharon cuando tenían 20. Para aquellos afortunados que sí que pudieron mejorar en algún momento de sus carreras, el salto fue, de media, 1,7 por ciento mayor que con 20 años. Para Shelton, su marca más alta de RPW% es 34,3%, muy por debajo de las descritas anteriormente.
No está tan claro por qué mejorar el resto es algo tan difícil o excepcional (es más difícil que mejorar las estadísticas del saque, pero eso lo dejamos para otro día). Un factor que puede ser importante es que, mientras asciendes en el ranking, te enfrentas a oponentes más complicados. Por lo tanto, aunque tu juego mejore, tus estadísticas se estancan. La mediana de ranking de los oponentes de Shelton el año pasado fue de 54,5. Para Andrey Rublev, esa cifra fue 40, mientras que la de Daniil Medvedev bajó hasta 27.
Otra cuestión que también puede explicarlo es que el resto, mientras más joven, mejor se te da. Las habilidades que contribuyen al resto (visión, tiempo de reacción, rapidez y velocidad) están en su mejor momento en una edad temprana. No me cabe la menor duda de que López, Raonic y prácticamente cualquier jugador en el circuito han trabajado duro para mejorar su resto a lo largo de los años. Sin embargo, habrán podido comprobar que mientras su tenis mejoraba, este se veía compensado de forma negativa por el paso del tiempo y los años.
Más allá del RPW%
De Pete Sampras era muy característico que se dejaba perder algunos juegos para después ir a tope en los últimos compases del set. Una estrategia para ahorrar energía que ponía en práctica lo que Jack Kramer y su mentor Cliff Roche teorizaron con su método “Big Game” cincuenta años atrás. Si mantienes tu servicio en (casi) todos los juegos, solo necesitarás romper el saque una vez o ganar en el tiebreak. ¿Por qué emplear tanto esfuerzo en cada punto al resto?
No es para nada el caso de Ben Shelton; es un chico bastante enérgico, también al resto. Pero claramente ofrece una marcha más cuando se presenta una oportunidad, o cuando él decide que es el momento para crearla. Si un jugador comienza a jugar mejor de manera consistente en los momentos decisivos, esto no se verá reflejado en su RPW%. Nick Kyrgios jugaba así las bolas de rotura, aunque no fue suficiente como para meterse entre los diez mejores.
Parece ser que Shelton también juega así. Si siempre jugase de la misma manera (al nivel con el que ha ganado el 32,6% de sus puntos al resto), un simple modelo predeciría que rompería el saque el 13,3% de las ocasiones. Sin embargo, Shelton ha roto el saque de su oponente el 16% de las veces, una cifra que el modelo hubiese predicho para un restador que gana el 34,4% de sus puntos. Seguiría sin estar entre los tres mejores, pero no va por mal camino.
A menudo Isner superaba sus limitaciones al resto asegurándose más tiebreaks que su rendimiento a lo largo de doce juegos podría sugerir. John ganó más del 60% de tiebreaks en su carrera, acercándose a un 70% en dos temporadas diferentes. Puede que Shelton esté empleando tácticas similares, pero aún no le está dando frutos: el año pasado acabó con un modesto récord de 18-16 en tiebreaks.
¿Y qué hay de las bolas de rotura? Por ejemplo, era en estas ocasiones donde Sampras ponía la carne en el asador. Entre 1991 y 2000, Pete ganó 44 bolas de rotura más de lo esperado, al menos basándonos en sus estadísticas al resto en puntos que no eran de rotura. No es una ventaja descomunal (más o menos una rotura de saque adicional cada 16 encuentros), pero para algunos jugadores es suficiente. Esto explica cómo el RPW% de Sampras no valora su efectividad al resto.
Y es que en este apartado Shelton brilla. Mi modelo sugiere que Ben «debería» haber ganado el 35% de sus puntos de rotura el año pasado ya que, de media, los jugadores tienden a ganar bolas de break con mayor frecuencia que otros puntos al resto. Increíblemente, Shelton ganó más del 41% de los puntos de break conseguidos. En lugar de 96 roturas de saque, llegó a materializar 114. Desde 1991, únicamente unas pocas decenas de jugadores han superado las expectativas de bolas de rotura con tantísimo margen a lo largo de una temporada completa. Sampras jamás consiguió llegar a tanto, aunque una vez sí que se quedó cerca.
Si Shelton es capaz de mantener este desempeño en los puntos de rotura, creo que ya va siendo hora de nombrarle para el Salón de la Fama. Una pequeña mejora en RPW%, junto con un desempeño constante en los momentos importantes, le meterían dentro del grupo de Sampras/Roddick, donde los grandes sacadores pueden romper el saque lo suficiente para colarse en lo más alto del ranking.
Con todo… es una gran incógnita. Sampras apenas promedió cuatro o cinco breaks adicionales por temporada, y está claro que es uno de los mejores de la historia. En 2003, James Blake también superó sus expectativas en puntos de rotura con un margen de 18. Al año siguiente, la marca bajó a un -5(!). Tras estudiar 2.600 temporadas consecutivas, no existe ningún tipo de correlación entre rendimiento en bolas de rotura en un año y el siguiente. Puede que Shelton acabe batiendo los números, así como Isner hizo lo propio a la hora de ganar tiebreaks. Pero todo apunta a que Ben no acabará teniendo tanta suerte este año.
¿En qué queda todo esto? Si somos lo suficientemente optimistas en el físico, compromiso y equipo de Shelton, hay razones de sobra para suponer que ganará más puntos al resto (aunque a lo mejor no los suficientes para llegar al umbral de 36% que marca la barrera de los tres mejores). Si es capaz de ejecutar las tácticas de Kramer, Sampras y Kyrgios bajo presión, puede que sea suficiente para marcar la diferencia. Si es capaz de conseguirlo, y sigue manteniendo ese saque tan peligroso que parece tener, puede que estemos ante un futuro múltiple ganador de Grand Slams, top 3 o incluso número uno del tenis. El techo es alto, pero el camino hasta llegar allí será empinado.
Fuente: https://www.tennisabstract.com/blog/2024/01/10/what-is-ben-sheltons-ceiling/